domingo, 24 de febrero de 2008

PREGUNTAS TONTAS


Una vez comenté con algunas amigas las tonterías que se dicen cuando no se sabe exactamente qué decir. A mi me encanta hablar, pero a veces las personas deberíamos aprender que es mejor quedarse calladito que soltar chorradas, le haríamos un favor a la humanidad.

Se me ocurren un millón de cosas sobre las que la gente no debería hablar mucho, pero hoy me quedo con las preguntas tontas, de ésas que te hacen tener una conversación de besugo que no viene a cuento y que no te apetece mantener, pero que no te queda otro remedio. Por ejemplo, el típico día que una sale toda mona a tomar algo y se encuentra a la última persona con la que quisiera toparse, y que te pregunta: ¿qué haces aquí?

A ver, repasemos: es sábado por la noche, tengo una copa en la mano, llevo taconazo y estoy rodeada de mis amigos, pues………… estoy aquí para aprender a hacer encaje de bolillos. Como el típico chiste de el que tiene un accidente de coche en la autopista y al parar un conductor al lado del coche volcado y preguntarle qué le ha pasado responde: estoy vaciando el cenicero.

La verdad es que a veces me gustaría tener mala leche como para contestar ciertas cosas, porqué si alguien te pregunta por teléfono qué estás haciendo, la pregunta es totalmente normal, pero si estás en el gimnasio, dejándote los pulmones en intentar recuperar el aliento tras hacer 15 míseros minutos en la bici que te han parecido la maratón dos veces seguidas, mientras la señora que te dobla la edad lleva 30 en la bici de al lado y sigue tan fresca, a la pregunta en cuestión ¿qué se supone que se ha de contestar? Pues mira, aquí en el gym haciéndome la manicura.

Qué gran respuesta es esa dada a menudo a la pregunta “¿qué haces?”: NADA

Y lo digo porqué a parte de ser una auténtica chorrada y una mentira en toda regla, pues en todo momento algo se está haciendo, como mínimo respirar, observar o pensar, (aunque esta última opción parece costarle a más de un@ que yo me sé) esa respuesta tan sencilla te saca a veces del apuro. Porqué una prefiere quedar toda digna y despreocupada diciendo “nada” que respondiendo lo que realmente le gustaría: ¿Y a ti que te importa?

Pues bien, todo esto ha venido porqué creo que soy una auténtica profesional en eso de no hacer nada, así que soy la única persona en este mundo que puede verdaderamente contestar “nada” a ese incordio de pregunta. Es cierto, tengo una capacidad sobrehumana para estar sentada en el despacho toda una tarde y para cuando creo que debo empezar a trabajar, haber pasado cuatro horas sin haberme dado cuenta. ¿Qué se supone que he hecho yo durante ese rato? Pues eso, nada. Me pregunto si pagarán por hacer eso...
Aunque nadie diga nada de la música que pongo, hoy una canción de La Habitación Roja, porque los vi en concierto y me sorprendieron muy gratamente. Me quedo con el comentario del cantante antes de esta canción : ¡Danzad malditos! (¿No le suena a nadie?)

domingo, 10 de febrero de 2008

¿Piensa mal y acertarás?


El otro día fui a la biblioteca y al llegar me dio la impresión de que la chica de enfrente, que era una total desconocida, me miraba con cara de asco. Con desprecio.
Pensé que tal vez no le gustaba como iba vestida o que creía que mi peinado era ridículo. Repasé disimuladamente mi apariencia buscando algo fuera de lugar, pensé que no debí haberme puesto aquellos zapatos, y que necesito un corte de pelo urgente.
En un momento empecé a ponerme cada vez de más mala leche pensando en qué clase de ser superior se creía ella para mirarme con tal altivez. Mil críticas absurdas hacia mi persona pasaron por mi mente intentando averiguar en cuál de ellas estaría pensando aquella chica. Y no sin repasar, a la vez, todo el árbol genealógico de la susodicha individua empezando por su madre y siguiendo hasta su pariente más lejano, llegando al neardental del que seguramente había heredado su capacidad intelectual.
Entretenida en estas elucubraciones de repente pasó por nuestro lado una pareja, cogidos de la mano, la mar de monos (de éstos que dan un poco de rabia y todo, que parecen salidos de un anuncio de bombones). Pues la chica en cuestión les dedicó la misma mirada de asco que me había regalado a mí, con lo que me alivió un poco no tener yo la exclusiva de su mirada crítica. Pero es que después, al fijarme con detenimiento, comprobé que más que altiva, aquella mirada era la normal en aquella chica, pues le dirigió esa misma expresión a cada persona que pasó por su lado.

Y entonces reparé en que había malgastado un buen rato de mi vida y de mi tiempo de estudio pensando en las cosas malas sobre mí que hubieran llevado a la chica a dedicarme aquel insulto en forma de mirada, que al final no resultó ser tal cosa.
¿Por qué será que a menudo solemos creernos lo malo que dicen o piensan de nosotros, incluso hasta cuando eso no ocurre?


"Dazed and Confused"
Para compensar lo mala que es la peli de la que he sacado la foto de hoy, una gran canción (premio para quien la escuche hasta el final). Dedicada a alguien que probablemente no va a leer el blog!