martes, 29 de enero de 2008

El don de la despreocupación


Hace años en una peli caracterizaron en Pepito Grillo la conciencia que te hace escoger las buenas acciones. Lo que no sabían los de la Disney es que en algunas personas ese bichejo acaba mutando y se convierte en un monstruito verde tocanarices que no te deja hacer nada divertido sin sentirte después culpable.

La mala conciencia, ese sentimiento que se supone que tanto bien hace por la humanidad, impidiendo que la gente se porte mal (aunque la verdad es que tampoco lo consigue) acabará un día con muchas personas, porqué he llegado a la conclusión de que no puede ser bueno darle tantas vueltas a la cabeza cada vez que se hace algo.

Sería más fácil decir lo que pensamos a la gente sin temer que les causará un trauma que les inducirá a la depresión más profunda y al alcoholismo, para acabar haciéndose miembros de una secta adoradora de Karmele Marchante recién llegada de la isla y que se acaben tiñendo el pelo de rubio pollo como ella.

O poder comerse un trozo de pastel de chocolate sin imaginarte después que la cinta métrica de los anuncios de los “Special K” saldrá de la tele para perseguirte por toda tu casa obligándote a cenar cereales el resto de tu vida.

O poder levantarse (mi preferida, sin duda) a las dos del mediodía después de una noche de juerga y no pensar que la mañana desperdiciada sin trabajar/estudiar/arreglar la casa/etc influirá en tu carrera profesional impidiéndote llegar al sueldo digno de todo mileurista que se precie, obligándote a presentarte a un concurso del tipo “tienes talento” haciendo el pino con las orejas para conseguir dinero.

Si mi hada madrina viniese a verme, le pediría el don de la despreocupación.




Dejo un vídeo de Morrissey, un cantante con una voz grandiosa, casi tanto como su ego.
"There is no such thing in life as normal"

domingo, 20 de enero de 2008

Tras un mes...



Los encierros bunkeriles no son buenos amigos de la inspiración, motivo por el cual no se me ocurría nada para actualizar. Nada y mucho, pues mi cabeza lleva días teniendo un montón de ideas desconexas, de esas que vienen y van y que no te hacen llegar a ninguna conclusión, a pesar de que te duela la cabeza de tanto pensar.


O a algunas conclusiones tontas e insustanciales, de las que por supuesto voy a hacer partícipes a los pocos que tienen el coraje de leer esto de vez en cuando:

1. Las rebajas molan el primer día. Después sólo te hacen padecer claustrofobia y provocan un inicio de sociopatía en cualquier persona medianamente normal que tenga que hacer una cola de 15 minutos para comprar una camiseta que ni siquiera te gusta pero que estaba por ¡6 Euros! y que probablemente se quede en el fondo de un cajón hasta que un día se aproveche para ir al gimnasio.

2. El chocolate va bien para la depresión. Sí, te salen granos y engorda, pero cuando se está depresiva a una le importa un rabo de cereza engordar o tener granos, así ¡que vivan las reservas de turrones, bombones y almendras LaCasa que quedan de las cestas navideñas para animarte la cuesta de Enero! Además, en el Búnker no hace sol así que que le den a la operación bikini.

3. Las monitoras de gimnasio están para hacerte sentir mal. No consigo entender porqué esta supraespecie humana sólo se lleva bien con los cachas con vigorexia y las pseudo-Evas Nasarre. Si estuviera así de cachas no iría al gimnasio, no?? Porqué señores, lo de que el deporte es adictivo díganselo a otra, lo mío es adicción por dormir una hora más en vez de madrugar para ir a correr.

Podría estar aquí horas con más conclusiones tontas, pero las dejaré para otro día. El búnker requiere sus cuidados y puestas a punto. Y creo que me queda por ahí alguna chocolatina....



(Paren el mundo, que yo me bajo)